Mario (nombre ficticio) tiene pareja actualmente. Tras una época en la que el sudor frío se le acumulaba en el pecho ante el temor de llegar a una edad y sentirse desplazado de su círculo de amistades, este madrileño de 36 años vive su momento dulce. Le ha llegado su hora, se dice a sí mismo. Llevaba un tiempo picoteando, como se dice, de flor en flor, pero aquello no le satisfacía. Y recurrió a una página de internet de citas. El amor, entonces, le abrió la puerta.
Es una menuda pero típica historia, que cada vez más se repite, sobre todo en la población más joven. Chico conoce a chica en un espacio virtual, donde confluyen ideas y cuajan sentimientos. Hubo una época, en los inicios de internet, que el arte de ligar a través de la red provocaba risas y sonrojos. Hoy en día, esto está asumido por una sociedad que ha absorbido las nuevas tecnologías, en especial gracias a los teléfonos móviles inteligentes cuya penetración en España se encuentra en el liderazgo europeo.
Nuestro país ocupa el segundo puesto en Europa en cuanto al uso de «apps» para ligar, según recoge un estudio de Tuenti Móvil. Conviene destacar, además, que según App Annie, una de las empresas más importantes en análisis de aplicaciones móviles con sede en California, explica en su estudio de 2015 que el usuario está dispuesto a pagar por el uso de «app», especialmente por las aplicaciones de citas.
«Dado que los consumidores pasan cada vez más tiempo con sus teléfonos inteligentes, las aplicaciones se están convirtiendo en una parte fundamental de su vida personal», indica el informe, que reseña cómo 2015 ha sido un año «excepcional» para este tipo de aplicaciones, especialmente para Tinder, y no solo por su número de usuarios, sino por su capacidad de convertirse en un modelo de negocio rentable.
Al fin y al cabo, se trata de ofrecer un servicio más al usuario. Y Raquel decidió valerse de él hace tres años. Esta trinteañera, por entonces soltera, se había quedado un tanto descolgada. «Todos tus amigos con pareja, siempre te mueves en los mismos círculos en los que nadie te interesa…», reconoce, por lo que decidió probar suerte en Meetic. «Tenía buenas referencias y las encuestas que te hacen para analizar tu compatibilidad con los usuarios son bastantes exitosas», cuenta a ABC.
Su caso fue un éxito. Quedó con cuatro chicos con los que apenas compartió un café y al quinto intento apareció su príncipe azul: Rober. «Él es a día de hoy mi marido», relata orgullosa, y padre del primer retoño que espera. «Reconozco que era un poco reticente a usar estos servicios. Cuesta dar un poco el paso pero a día de hoy puedo decir que fue la mejor decisión de mi vida», cuenta.
En cualquier lugar (virtual) era (y es) posible entablar conversación, una amistosa charla que desemboca en una desvirtualización en la vida real. No hay fórmula para que esa relación prospere, pero se tienen nuevas oportunidades de conocer gente. Ese es el mensaje con el que las redes sociales han querido abanderar una nueva realidad hiperconectada en donde los comportamientos interrelacionales han variado profundamente respecto a anteriores generaciones. Ligar, lo que se dice ligar, se puede en cualquiera de estos espacios, incluso en LinkedIn o Twitter, cuya razón de ser no son las relaciones personales.
Auge de las redes sociales
Pero ha habido un terreno en el que han allanado marcas como Badoo, que en sus registros ofrece 279 millones de usuarios. «El mejor lugar para chatear, hacer nuevos contactos, compartir intereses y tener una cita». Así se presenta esta veterana red social, que sumido en los nuevos tiempos también se ha subido al carro de las aplicaciones móviles. Pero también, recuerden, hubo una época en la que una compañía española que aspiraba a robar terreno a la todopoderosa Facebook fue un espacio donde 20 millones de usuarios compartían más que mensajes simpáticos. «Lo que pasa en Tuenti, se queda en Tuenti», solía decirse. Allí, en esta red social en vías de desaparecer en detrimento de su conversión total a operadora virtual jóvenes se encontraban a gusto sin sentir la presencia de sus padres.
Las cosas han cambiado, pero la filosofía no tanto. En Meetic lo saben bien, cuya aplicación móvil ha incrementado en un 65% las descargas solo el pasado año. El elevado número de descargas que su servicio móvil ha obtenido durante 2015 representa un claro ejemplo de la evolución que el sector tecnológico está viviendo. Cada vez son más los españoles que se lanzan a buscar una oportunidad de conocer gente nueva allá donde estén a través de esta «app».
«Todo y nada ha cambiado. La tecnología es ya un beneficio arraigado en nuestra sociedad y eso se observa en el efecto que ha tenido en la forma de ligar de los españoles», sugiere Paula Aranegui, responsable de Meetic España y Portugal. Según los datos de Lovegeist 2015, estudio realizado por la firma de investigación TNS, se estima que un 85% de los solteros españoles se conecta a internet a través del móvil, lo que hace que se utilice esta tecnología también para conocer gente nueva. «Y no sólo han cambiado la forma de conocer, sino también la forma de hablar», señala.
El informe pone de manifiesto que tres de cada diez solteros europeos se sienten más seguros pidiendo una cita por mensaje que por llamada y el 56% de los españoles utiliza los mensajes de texto para expresar cosas que no se atreve a decir cara a cara, como por ejemplo un mensaje con emoticonos sugerentes, algo que el 41% confiesa haber enviado alguna vez. «La facilidad de compartir contenido también es un beneficio a la hora de ligar, entre los solteros españoles, un 17% ha afirmado enviar alguna vez fotos o vídeos subidos de tono, concretamente en ropa interior o bañador», añade Aranegui, quien anticipa que todas estas novedades a la hora de conocer gente «no son siempre como se esperan»: el 58% de los solteros españoles declaran haber tenido alguna vez «accidentes» al enviar algún mensaje de texto. Los más comunes son las meteduras de pata causadas por los autocorrectores (37%), enviar el sms a la persona incorrecta (27.2%) y el 27% declara haber enviado emoticonos inapropiados en algún momento.
La consecuencia, en efecto, es una mayor normalización ante el hecho de que dos personas se conozcan por internet. ¿Ya no está mal visto como hace unos años? «Efectivamente, ya no está mal visto, de hecho, está considerado como un medio natural y España lidera Europa en términos de aceptación del online dating con un 54%. Las maneras para conocer gente a través de servicios de dating accesibles a través de móvil, app, tabletas u ordenadores, ha hecho que se considere un medio natural para ligar. La normalización de la categoría se ha visto afectada positivamente con la penetración tanto de internet como de los smartphones».
Comportamiento humano
En ese escenario, las relaciones cada vez más se tejen en otros entornos. Las nuevas tecnologías, y especialmente las aplicaciones y redes sociales, han modificado los patrones en la adolescencia. Sus padres, y las generaciones anteriores, no tuvieron al alcance este tipo de herramientas que, por un lado, son capaces de tender puentes entre fronteras pero rompen en cierto modo la magia del amor. Los expertos creen que se ha producido un cambio de paradigma.
«Los adolescentes se están relacionado y formando parejas sin intervención del cuerpo. Es un contacto emocional, hablan de emociones y hechos en las redes sociales», reconoce Nora Rodríguez, escritora, pedagoga y directora del programa educativo Happy School, en declaraciones a ABC. Al final -recalca- las personas más jóvenes se relacionan actualmente a través de emoticonos. «Todo se reduce a cuatro o cinco estados de ánimos». Se lleva tiempo observando que los jóvenes se socializan en dos mundos paralelos, virtual y real. «Si las relaciones empiezan a en el mundo virtual es el cuerpo el que llega después. La percepción del otro es totalmente idealizada por cuatro conceptos. Como ha habido un contacto previo muy emocional, cuando se encuentran físicamente también pasan rápidamente al contacto corporal, ya que no han hecho el proceso previo», explica.
Esa situación -dice esta experta- provoca una mayor incertidumbre y una velocidad relacional tan grande que las personas se saltan varios pasos para convertirse en parejas estables. «Como el contacto con el cuerpo es después [de iniciarse en la esfera virtual], puede ser un encuentro de aceptación y que se enamoren o, por el contrario, puede llevar a un rechazo que acabe en una situación de violencia», insiste Rodríguez, quien apela a una nueva forma de educación para los jóvenes que se centre en lo que está sucediendo en la sociedad, como el auge de las redes sociales. «Nuestro cerebro no distingue entre amigos reales y virtuales», considera. A su juicio, el proceso «sano» para interactuar en una relación amorosa es, primero, conocer a alguien y luego compartir la parte emocional, lo más privado del ser humano. «Si tu haces el proceso inverso, estás mucho más vulnerable y desprotegido».
Por esta razón, muchas de estas relaciones surgidas de la esfera virtual exigen «a la larga un doble trabajo que no existe», ya que el trabajo de reconocerse mutuamente no se ha hecho previamente. «Nos plantea otros desafíos y educar de otra manera. Hay que ser más conscientes de las vulnerabilidades y tenemos que ser más adaptables porque vivimos en una sociedad hiperconectada. Es necesario educar en la afectividad. Hay que enseñar a los jóvenes que el amor y el enamoramiento de las películas no existe, no es para toda la vida. Hay que enseñar es que es como un hechizo. Hay que cambiar la perspectiva del amor romántico por una más realista».
Virus «amorosos»
Al margen de las relaciones, existe una cara B que entraña cierto peligro. Los ciberdelincuentes utilizan toda fecha señalada en el calendario para cometer delitos y robar las credenciales de los usuarios. Y la percha de «San Valentín» les brinda una gran oportunidad. ¿Qué hace la gente este día? Comprar regalos. Es el momento idóneo para, por ejemplo, aprovechar y crear tiendas falsas o interceptar contraseñas mediante técnicas de «phising» denuncian los expertos.
«Pueden montar tiendas online falsas bien pensado para robar directamente el dinero pensando que se trata de una tienda online», confirma a este diario Luis Corrons, Director técnico de PandaLabs en Panda Security, firma de seguridad informática, quien hace énfasis en que los ciberdelincuentes intentan enganchar a los usuarios de múltiples formas para robarle información. «Si ves una tienda con un chollo, es mejor buscar referencias. si no encuentras nada, malo. Si encuentras algo interesante, puedes ver si es fiable. Ante la duda, no comprar».